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REEDICIONES (2015) THE ALLMAN BROTHERS BAND Idlewild South (Deluxe Edition)

Mercury-Universal

Por Ricard Martín

Después del fracaso comercial de un primer disco espléndido (y feroz), The Allman Brothers recibieron presiones de Atlantic para que se trasladaran a Los Ángeles y funcionaran como una banda de rock estándar. La respuesta fue un “jodeos” e “Idlewild South” (1970): un puñado de canciones (siete) que, bautizadas con el nombre de su local de ensayo y pabellón de esparcimiento, afirmaban con más cabezonería que nunca su idiosincrasia sureña a la vez que expandían su estilo.

Al margen de blues-rock mastodóntico y maximalista con escapes al jazz, Gregg Allman empezó a despuntar como uno de los grandes compositores del rock norteamericano, heredero directo de Fogerty: “Midnight Rider” todavía hiela la sangre. Y también demostró que en el difícil terreno del blues-soul era un singer-songwriter que podía mirar directamente a la cara a los clásicos negros: una balada soul como “Please Call Home” no desmerecería en un grandes éxitos de Solomon Burke. La guitarra slide de su hermano ganó en expresividad –casi una voz humana– y Dickey Betts empezó a introducir la comercialidad country.

Curiosamente, y para los que piensen que los Brothers son un tocho, hay que advertir que solo una de las canciones (la mítica y algo coñazo instrumental “In Memory Of Elizabeth Reed”) supera los cinco minutos. En esta espléndida reedición, los ejemplos de los Brothers como jam band desbocada aparecen en el CD extra y los bonus tracks: son barbaridades como una “Mountain Jam” –en directo, 45 minutos, más larga que en “Eat A Peach” (1972)– en la que, si exceptuamos los diez minutos de solo de batería, los muestra como los psiconautas definitivos que jamás navegaran por la cosmic american music.


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